La angiotomografía coronaria es un procedimiento de diagnóstico por imágenes que se utiliza para evaluar el estado de las arterias coronarias y detectar posibles obstrucciones o estrechamientos. Es una herramienta útil en el diagnóstico de enfermedades cardíacas y en la evaluación de pacientes con factores de riesgo.

La angiotomografía coronaria se realiza mediante la inyección de un medio de contraste en las venas del paciente, seguido de la adquisición de imágenes mediante una tomografía computarizada. El procedimiento es no invasivo y generalmente se completa en pocos minutos.

No, la angiotomografía coronaria no es dolorosa. El paciente puede experimentar una sensación de calor o una leve molestia en el lugar de la inyección del medio de contraste, pero en general es un procedimiento tolerable.

Sí, es necesario realizar una preparación previa para una angiotomografía coronaria. Esto puede incluir la suspensión de ciertos medicamentos, ayuno previo y la realización de un análisis de sangre para evaluar la función renal.

La angiotomografía coronaria es un procedimiento seguro, pero como cualquier procedimiento médico, existen algunos riesgos potenciales. Estos pueden incluir reacciones alérgicas al medio de contraste, exposición a radiación y complicaciones en pacientes con enfermedades renales. Sin embargo, los beneficios de este estudio suelen superar los riesgos en la mayoría de los casos.